Ahora que la familia está pasando más tiempo juntos en el hogar, la convivencia familiar es un tema clave para que el tiempo en casa sea agradable. Además, este cambio en la rutina puede dar la oportunidad de compensar ese tiempo que no habíamos tenido en familia por las actividades diarias. Para que la convivencia familiar en el hogar sea mejor, te compartimos algunas recomendaciones.
Dedicar tiempo unos a otros. Apoyar a los hermanos y padres en sus actividades, juegos y aficiones. Un tiempo de calidad es aquel donde los miembros de la familia se escuchan, se miran a los ojos, están atentos a lo que otros explican, muestran interés en los demás.
Otra idea para tener tiempo de calidad es a través de aficiones en común. Buscar aquellas aficiones o hobbies que se tengan en común con otro miembro de la familia. Lo ideal es buscar puntos en común, sobre todo con aquellos miembros de la familia con los que la relación no es la mejor, o que últimamente hemos tenido momentos de tensión, algún tipo de distanciamiento, etc.
Una idea es definir un día de la semana para realizar dicha actividad. Tiene que ser una actividad que de verdad les guste a ambas partes y que se realice por placer, no “por obligación”.
Procurar comer o cenar la mayor parte de la semana juntos. Se puede acordar comer al menos uno o dos días en familia. Una sugerencia para que esa comida en verdad sea de calidad es guardar los teléfonos móviles en una caja antes de empezar a comer o cenar (y no utilizarlos mientras se está en la mesa).
Dedicar un tiempo para platicar. La comunicación es fundamental para fortalecer los vínculos afectivos de la familia. Buscar espacios del día para hablar con los otros miembros de la familia. Lo ideal es proponer una hora del día, por ejemplo por la noche, después de cenar, para que la familia se reúna y comente cómo ha ido el día, algo que le haya pasado, pequeñas preocupaciones, etc.
El objetivo es poder hablar de forma informal con los hijos, el padre, la madre, etc. y que se disponga de un pequeño espacio para que cada uno/a exprese cómo se siente. La comunicación es esencial para el bienestar en los grupos, aumenta la confianza y permite fortalecer el vínculo entre los miembros.
Cuando haya problemas, evitar las discusiones y las malas palabras. Jamás y bajo ningún concepto se debe apostar por arreglar los problemas con violencia, ya sea física o verbal. El respeto es un pilar fundamental para una sana convivencia familiar. Se puede poner a alguien como mediador.
Puede que por el cansancio del día a día, a un malestar o algún otro motivo las interacciones comunicativas no son las adecuadas. Por ejemplo, hablarle mal a la otra persona (a veces sin darnos cuenta), no escucharla, no mostrar interés en lo que nos explica, etc. Hay que aprender a comunicarse de forma correcta, a escuchar y a estar atentos a lo que nos explican.
Celebrar los logros, tanto familiares como individuales. Asimismo, motivarse mutuamente para lograr metas. Buscar formas de ayudarse mutuamente, sobre todo cuando alguien tiene fuertes problemas. Ponerse en el lugar del otro y así llegar a entender por qué esa persona actúa de una manera concreta; esto sirve para tener un punto de vista más abierto y tolerante.
Cuando la familia esté junta, disfrutar del momento y compartir pequeñas experiencias, se pueden improvisar juegos o simplemente ver una película. Generar un buen ambiente en casa para que la familia pase tiempo junta. Divertirse, reírse o compartir aficiones para estrechar más los vínculos afectivos entre padres e hijos.
Ahora es momento de aprovechar cada instante junto a la familia y fomentar la buena convivencia familiar en el hogar, buscando mejorar nuestras relaciones familiares y mostrarle a nuestra familia lo mucho que la queremos y lo especiales que son para nosotros. En Tierra y Armonía queremos que tu familia viva feliz, disfrutando de cada momento y creando recuerdos únicos para la vida.
Con apoyo de Salud180, Psicología y Mente & OK Diario